La vida pasajera de Fernando
Bellver

En todas ellas, la realidad se comporta como una ficción y a la inversa, son un guiño a las idas y venidas de los grandes pensadores dadaístas que, durante la Primera Guerra Mundial, quisieron acabar con cualquier sistema lleno de coherencia y sentido. En esta exposición se encuentra un homenaje a los principios en que se basó Cabaré Voltaire, donde la apología de la confusión es utilizada por Bellver como un síntoma de un proceso que hoy en día es difícil de interpretar y enjuiciar.
Dividida en nueve secciones, la exposición reúne 22 de sus extraordinarios aguafuertes, además de óleos, esculturas, cajas de luz o lentegrafías. Trabajos en los que Bellver ha ido utilizando diferentes lenguajes, ya que, como él mismo señala, “en cada ocasión he buscado un lenguaje más acorde con lo que quería decir”, alejándose así de los que le tachan de no contar con un estilo